Desde que en 1897 el escritor irlandés Bram Stoker diera vida en su novela al rey de los vampiros, el conde Drácula, los vampiros en la gran pantalla han ido evolucionando hasta llegar a las más variadas formas, pero lo que no a cambiado es la fascinación por el sexo y la muerte común a todos los vampiros. Desde el espantoso conde Orlok hasta los glamorosos vampiros de True Blood, John Landis, Josh Hartnett, Mick Garris y otros echan un vistazo a por qué estos seres sedientos de sangre nos son infinitamente atractivos.