Al final, después de mil rumores, Serrat se vistió de negro y cantó en el Teatro Campoamor de Oviedo, en la gala de entrega de los Premios Princesa de Asturias de 2024, y el mundo se paró dos minutos porque no está claro cuándo volverá a cantar Serrat en púbico, cuántas veces volverá a cantar. Aquellas pequeñas cosas fue la cancion elegida, vestida con una viola y nada más, y nadie podrá decir que fuese una opción oscura ni inapropiada. Que el viento arrastra allá o aquí / Que te sonríen tristes y / Nos hacen que / Lloremos cuando
Nadie nos ve dice la letra de la canción, compuesta en 1971. ¿Qué más se puede decir de la ceremonia que de verdad vaya a ser recordado?
Algo hubo, empezando por la imagen de la madre de Carolina llorando cuando su hija recibía el premio del Deporte Con ella, los fotógrafos de Magnum, los investigadores especializados en el tratamiento de la diabetes y los representantes de la Organización de Estados Iberoamericanos recogieron sus galardones. Sus otros cuatro colegas en el palmarés leyeron cuatro discursos de aceptación significativos, sobre todo si se consideran en conjunto. Dos de las intervenciones fueron algo así como autorretratos en esbozo. Los otros dos fueron casi-ensayos sobre la libertad y la dignidad humana.