El empresario dueño del Hotel Dubrovnik, de nacionalidad española, fue denunciado en múltiples ocasiones por explotación laboral. El hombre que divide su tiempo entre Argentina y España, y recientemente adquirió el hotel para emprender reparaciones. Se le acusa de condiciones laborales inadecuadas en la terminal Liniers, donde los trabajadores alegan falta de un lugar adecuado para resguardarse del frío.

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