Tras una investigación de seis meses, se realizaron 29 allanamientos simultáneos que resultaron en la detención de 13 personas vinculadas a una sofisticada banda criminal. Liderada por el conocido "Pepinucho", la organización se dedicaba al robo, desarme y falsificación de documentos para vehículos, operando en varios puntos estratégicos. Las autopartes eran vendidas en el mercado negro y los autos con numeraciones adulteradas eran exportados a países vecinos como Bolivia y Paraguay. La operación reveló un complejo entramado que incluía desde levantadores hasta expertos en falsificación, destacando la diversificación y sofisticación del grupo delictivo.