Mauro enfrenta una dura recuperación tras sufrir una lesión del ligamento cruzado, que lo mantendrá fuera de las canchas entre seis y nueve meses. Esta lesión, común en el fútbol, interrumpe un gran momento en su carrera. La gravedad del daño articular se evidencia cuando el jugador queda inmóvil en el campo, a diferencia de las simulaciones habituales. Aunque no se originó por microlesiones previas, la rotura ocurrió debido a un mal movimiento durante el juego.