El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió a las naciones occidentales que arman a Ucrania de que Moscú podría atacar sus instalaciones militares.
Este anuncio coincidió con el lanzamiento por parte de Rusia de un nuevo misil balístico de alcance intermedio, descrito como una respuesta al uso por parte de Ucrania de armas de largo alcance suministradas por Estados Unidos.
Putin, en un discurso televisado, subrayó que los países que permitan ataques contra territorio ruso podrían sufrir consecuencias.
La vicesecretaria de prensa del Departamento de Defensa de EE.UU., Sabrina Singh, declaró que el misil era un derivado del diseño del misil balístico intercontinental RS-26 Rubezh y podía llevar cabezas convencionales o nucleares.
Aunque Rusia notificó el lanzamiento a funcionarios estadounidenses a través de los canales de reducción del riesgo nuclear, el suceso puso de relieve la postura cada vez más agresiva del Kremlin.
Los analistas señalaron que el misil, con un alcance inferior a 5.600 km, era innecesario para ganar el campo de batalla en Ucrania, pero sirvió como una advertencia más amplia a los Estados de la OTAN.
A pesar del ruido de sables de Moscú, el gobierno de Biden consideró poco probable que la prueba cambiara la trayectoria de la guerra.
«Rusia puede estar tratando de intimidar, pero esto no va a cambiar las reglas del juego», declaró un funcionario estadounidense.
Washington reiteró su compromiso de suministrar a Kiev sistemas de defensa antiaérea, munición y otros apoyos militares a pesar de las amenazas de Putin.
Las advertencias del Kremlin se producen cuando Ucrania utilizó por primera vez misiles estadounidenses de largo alcance para atacar suelo ruso, una acción que Moscú había advertido previamente que provocaría una respuesta significativa.
Además, Putin revisó la doctrina nuclear rusa para justificar posibles ataques nucleares contra Estados no nucleares apoyados por potencias nucleares.
Ucrania afirmó que Rusia había disparado un misil balístico intercontinental (ICBM) contra Dnipro en un ataque reciente.
EE.UU. lo ha negado y Putin aclaró posteriormente que se trataba de un arma de alcance intermedio. El ataque hirió a dos personas, mientras que otro ataque en Kryvyi Rih causó 15 heridos.
Los expertos creen que la escalada nuclear sigue siendo improbable, a pesar del aumento de las tensiones.
«La evolución política y del campo de batalla favorece a Rusia, por lo que la escalada nuclear gana poco», afirmó Alexander Bollfrass, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.
También advirtió que el uso de armas nucleares podría alienar a socios clave como China.
Aunque las armas suministradas por Occidente refuerzan las defensas de Ucrania, los analistas dudan que alteren significativamente el campo de batalla, donde Rusia ha ganado terreno recientemente.