En medio de una medida de fuerza llevada a cabo por los maquinistas del gremio La Fraternidad, la estación de trenes se convirtió en un hervidero de quejas y frustraciones. Después de una espera de media hora, un tren abarrotado llegó a la estación, reflejando el descontento generalizado entre los pasajeros. "Mal, mal, mal", repetían los usuarios al ser consultados sobre su experiencia de viaje. La situación se agrava debido a la falta de presupuesto para repuestos y mantenimiento adecuado, lo que ha llevado a condiciones precarias en el servicio ferroviario. Los pasajeros no dudaron en expresar su enojo ante lo que consideran un sistema obsoleto y mal gestionado. Mientras algunos intentaban mantener el humor con comentarios sarcásticos, otros sugerían llevar las protestas a plataformas digitales para llamar la atención del gobierno. La medida busca destacar las deficiencias estructurales y exigir soluciones antes de que ocurran más accidentes como el registrado a principios de año.