Hay mucho zote y eso nos obliga a insistir en lo evidente. Begoña, con independencia de cual sea su horizonte penal y pinta fatal para ella, traspasó sin recato la línea que separa lo público de lo privado.
Hoy aparece un vídeo en el que aparece la mujer de Sánchez vendiendo las bondades de su máster en los jardines de La Moncloa.
Mira que hay escenarios en Madrid, pero esta panda de mangantes, como hemos mismo en la trama de las mascarillas, en los viajes en Falcón, en la contratación de Broncano, en los apaños de Aldama, en las filtraciones delictivas del Fiscal General y hasta en el nombramiento, como bienpagada consejera de RTVE, de la zapaterista Angélica Rubio, la de los dos supuestos DNI del juez Peinado, colaboradora necesaria desde ‘El Plural’ en la difusión del mail del novio de Ayuso, ni se preocupa de guardar las formas.
Seguro que para hacer el spot comercial de Begoña hasta usaron a funcionarios, de esos que pagamos con nuestros impuestos los sufridos contribuyentes.
Si la mujer de Sánchez goza de asistente personal, sacada de la nómina de asesores de Presidencia del Gobierno, que llama a las empresas en busca de patrocinadores para su jefa, como no iban a tirar de todo y de todos para rodar el video de la gran comisionista.
Seguro, que el amo del PSOE andaba por allí, dando indicaciones y aplaudiendo detrás de la cámara.
Habrá a quien esto le parezca una cuestión menor, pero es un escándalo mayúsculo, que en cualquier democracia occidental y con una oposición con más colmillo que la española, se habría llevado por delante al presidente del Gobierno, a sus ministros, a sus compinches y al ‘sursun corda’
Esto no va de que los parientes y amiguetes de Sánchez hayan hecho cosas feas, estética y éticamente reprochables.
Va de que se lo han llevado crudo, infringiendo sin rubor el Código Penal.
Los cuatro delitos por los que está imputada Begoña tienen que ver, en gran parte, con el impúdico desahogo con la tropa sanchista utiliza medios que están vetados a quien no ostenta cargo alguno ni es autoridad del Estado.
Y lo mismo vale para el hermano músico de Sánchez, para quien la Diputación socialista de Badajoz creó una plaza, que se le asignó a dedo, con permiso para no ir a trabajar más que dos días al mes.
Para colmo, el paisano registró su domicilio en Portugal para pagar menos impuestos y disfrutó de un correo electrónico oficial, para tramitar fondos europeos a través de las ayudas del Ministerio de Cultura.
Este jueves, Óscar López, ex de Paradores y todavía ministro de Transformación Digital y gran repartidor de fondos públicos entre los medios y periodistas de la ‘Brunete Pedrete’, hará oficial que se postula como nuevo líder socialista en la Comunidad de Madrid.
Será el sustituto de Lobato, con la suicida misión de plantar cara a Ayuso.
Mi duda es cuanto tardarán los jueces en imputarlo, porque es otro de los gerifaltes del PSOE bajo sospecha.
Otro más al matadero.