Sirios en distintas partes del mundo salieron a las calles a celebrar la fulminante caída del presidente sirio Bashar Al Asad. El gobierno de Asad cayó 11 días después de que los rebeldes islamistas iniciaran una sorpresiva ofensiva, más de 13 años después de que la represión de las protestas antigubernamentales por parte del gobierno de Asad desencadenara la guerra civil en Siria, que había permanecido prácticamente inactiva hasta el empuje rebelde.