Son previsibles como ellos solos.
Los ministros del Gobierno Sánchez tienen un sectarismo en vena irreversible.
Y estaba más que archicantado, que diría nuestro Eurico Campano, que se iba a salir en tromba desde el Palacio de La Moncloa a defender a Lalachus por la befa y mofa que hizo de un símbolo del catolicismo como es el del Sagrado Corazón.
Todo, por supuesto aprovechando el escaparate de TVE y de un espacio tan visto como es el de las Campanadas.
La gracieta de la humorista no iba a quedar impune y de hecho Hazte Oír a procedido a denunciarla junto al presentador que la acompañaba, David Broncano, y al presidente de RTVE, José Pablo López, por la comisión de un delito contra los sentimientos religiosos del artículo 525 del Código Penal que castiga a quien haga públicamente escarnio de las creencias de los miembros de una comunidad religiosa con el propósito de ofenderles.
Dice esta organización que:
Este incidente es una muestra más de la creciente tendencia a trivializar y menospreciar las convicciones religiosas de los cristianos, algo que nunca debería ser normalizado. Lo que se emitió anoche no solo ofende a los cristianos, sino que también socava los principios fundamentales de respeto y tolerancia que deben regir en una televisión pública financiada por todos los contribuyentes
Por supuesto, desde el Ejecutivo se salió a hacer una encendida defensa de la cómica y el autor de la misma fue el ministro de Justicia, Félix Bolaños, que lejos de defender a los católicos, promovió que a estos se les pueda atacar a mansalva:
Día 1 y primer intento de los ultras de amedrentar.
En 2025 impulsaremos la reforma del delito de ofensas religiosas para garantizar la libertad de expresión y creación, una medida del Plan de Acción por la Democracia.