Las protestas del pasado domingo en La Vuelta ciclista a España no han frenado la barbarie de Israel, pero dieron buena cuenta de la dignidad de un pueblo -el madrileño- que culminaron la mostrada durante semanas por un país -el español- que se niega a mirar para otro lado.
En ese escenario, cada día está más claro dónde se posiciona cada cual. Y en esta línea ha trascendido el pleno de este jueves, el primero si no se tiene en cuenta el debate del Estado de la Región, después del verano; una jornada donde el genocidio al que Ayuso se niega a calificar como tal se ha movido entre banderas y medallas.