Si bien algunos sanatorios privados extendieron su horario de vacunación a 24 horas, las kilométricas filas de autos y de personas aguardando la inmunización se mantuvieron durante toda la jornada. Muchos de los presentes contaron que tuvieron que abandonar el Autódromo Rubén Dumot, luego de largas horas de espera, por la pésima organización.