La capital se ha embarcado en una meta ambiciosa: sanear el río Matasnillo, el más contaminado de la capital. Sin embargo, el camino hacia este objetivo se ha convertido, para muchos residentes y comerciantes, en un verdadero dolor de cabeza debido a los cierres y las molestias que generan las obras.
El proyecto de saneamiento, con un costo de unos 71 millones de dólares, implica la intervención de 18 puntos de trabajo a lo largo de algunas de las vías más congestionadas. Las autoridades, conscientes de la incomodidad, defienden la necesidad de las obras.