Lejos de suponer una carga para las naciones de acogida, los millones de migrantes venezolanos establecidos en Latinoamérica y el Caribe son "un motor de desarrollo", aportando con su consumo más de 10.600 millones de dólares anuales, según un informe de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) previo al Día Internacional del Migrante.