La capital de Taiwán ha sido escenario de una jornada trágica que ha roto la habitual calma de la isla. Este viernes, una serie de ataques violentos en la red de transporte suburbano han dejado un balance de cuatro personas fallecidas, incluido el agresor, y al menos cinco heridos de diversa consideración. Los incidentes tuvieron lugar en puntos neurálgicos de la red ferroviaria, concretamente en la estación principal de Taipéi y en la estación de Zhongshan.
El primer ministro taiwanés, Cho Jung-tai, ha sido tajante al definir los sucesos como "un acto deliberado", aunque ha admitido que las motivaciones detrás del ataque aún no han podido ser esclarecidas. Según el relato oficial, el atacante, un hombre de 27 años que portaba una máscara para ocultar su identidad, sembró el caos al lanzar "cinco o seis cócteles Molotov o granadas de humo" en el interior de las instalaciones.
La identidad del sospechoso ha trascendido tras confirmarse su fallecimiento. Se trata de un joven que se encontraba en busca y captura por las autoridades tras negarse a cumplir con el servicio militar obligatorio. Tras perpetrar el ataque y verse acorralado por las fuerzas de seguridad, el alcalde de Taipéi, Chiang Wan-an, informó que el individuo "se suicidó saltando desde un edificio para escapar de su detención".
En medio del pánico, se registraron escenas de gran valor por parte de los ciudadanos que se encontraban en el lugar. Un testigo presencial describió cómo vio a "un hombre correr hacia el agresor e intentar reducirlo" en un intento por salvar a los demás pasajeros. Desgraciadamente, una de las víctimas mortales fue precisamente una persona que intentó detener la agresión en la estación principal. La confusión inicial fue tal que algunos usuarios no comprendieron la gravedad de la situación de inmediato: "Al principio pensé que era un simulacro, pero luego vi a una persona con un cuchillo y lanzando granadas de humo", declaró uno de los presentes.
Este tipo de actos violentos son extremadamente inusuales en Taiwán, considerada una de las regiones más seguras del mundo. El precedente más cercano que conmocionó a la isla ocurrió en 2014, cuando un ataque similar con arma blanca en el metro se cobró la vida de cuatro personas. Aquel agresor fue finalmente ejecutado en 2016 por sus crímenes.
Las autoridades locales mantienen la investigación abierta para determinar si hubo algún tipo de planificación adicional, mientras los servicios de emergencia continúan atendiendo a los heridos del que ya se considera uno de los peores ataques en la historia reciente de la capital.