Las fiestas nacionales que Misiones sostiene desde hace décadas en distintos puntos de la provincia se consolidaron como atractivos turísticos por derecho propio, capaces de movilizar visitantes, generar empleo y fortalecer las economías regionales. Estos eventos aparecen como engranajes fundamentales de una estrategia de desarrollo local que combina producción, turismo, cultura y participación comunitaria.