Gallardo dimite con secretario general del PSOE extremeño tras sus malos resultados

EL MUNDO 2025-12-22

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La política extremeña vive un momento de profunda reconfiguración tras la renuncia de Miguel Ángel Gallardo como secretario general de los socialistas extremeños. Tras unos resultados electorales que el propio dirigente ha calificado de "malos sin paliativos", la formación se enfrenta ahora a una etapa de transición marcada por la creación de una gestora y el debate interno sobre la investidura de la popular María Guardiola.
A pesar de abandonar el liderazgo del partido, Gallardo ha sido contundente respecto a su futuro en la Asamblea de Extremadura. Según ha explicado, no tiene intención de renunciar a su escaño por el "compromiso" adquirido con los votantes durante la campaña, ya sea para ejercer desde el gobierno o desde la oposición. Ante las presiones de ciertos sectores del partido, especialmente de la provincia de Cáceres que exigen su salida total, el exsecretario ha sido tajante: "Otra cosa es traicionar a la gente".
El dirigente ha defendido que su dimisión fue una decisión personal y madurada, comunicada directamente a Pedro Sánchez, asumiendo que en política hay que dar un paso al lado cuando las cosas vienen "mal dadas". En su despedida, ha recordado la dureza de su mandato, marcado por lo que considera una "denuncia falsa" que, según sus palabras, "lo ha empañado todo" apenas un mes después de su elección. Con todo, Gallardo abandona el cargo afirmando: "Me voy con la cabeza muy alta, aunque con dolor por no haber cumplido los objetivos".
La reunión de la Comisión Ejecutiva Regional en Mérida no solo sirvió para formalizar la salida de Gallardo, sino para abrir una brecha estratégica de calado nacional. El expresidente de la Junta, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, ha propuesto abiertamente la abstención del PSOE para facilitar la investidura de María Guardiola. El objetivo de Ibarra es evitar que la gobernabilidad de Extremadura dependa de Vox, defendiendo que el PSOE debe proyectar la imagen de ser un "partido de Estado" que pacta por el bien común.
Esta postura choca frontalmente con la estrategia de la sede federal de Ferraz. La dirección nacional del PSOE prefiere, según las fuentes, mantener el desgaste que supone para el Partido Popular tener que gobernar en coalición con la formación de Santiago Abascal. Mientras el debate queda ahora en manos de la futura gestora, Gallardo ha insistido en que el PSOE es una organización "resiliente" y que pronto volverá a ser la alternativa real a las derechas en la región.
Esta situación sitúa al socialismo extremeño en una encrucijada: el relevo de un líder que se marcha reivindicando que se ha "dejado la piel" y un debate sobre el sentido de su voto en la Asamblea que podría marcar un precedente en la política de pactos en España.

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