⛽ El Decreto Supremo 5503 puso fin al lucrativo negocio del contrabando de combustibles y a la cadena de corrupción que beneficiaba a unos pocos. La norma evidenció que, debido al precio subvencionado de carburantes en Bolivia, el desvío hacia países vecinos se había vuelto una práctica recurrente, ya que los contrabandistas adquirían el combustible a bajo costo y lo revendían a través de zonas fronterizas.