Namibia nunca deja de fascinar a sus visitantes, de estimular la fantasía e imaginación de los narradores en su esfuerzo por describir adecuadamente la grandeza tan variada y el esplendor áspero este país desértico. Tantas palabras han sido dichas y escritas, y aún así los poetas no se cansan de inventar atributos que hagan justicia a su única y siempre cambiante majestuosidad.