La demografía no es el destino, pero le anda cerca. Cada vez más la longevidad y los menores índices de natalidad están creando un considerable problema demográfico, tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de serlo. El índice de natalidad en casi un tercio de las naciones del mundo cayó por debajo del nivel de reposición de dos hijos, y para 2050, por primera vez en la historia humana, habrá más personas de más de 60 años que de menos de 15 años. Estos cambios presentan profundos desafíos a los sistemas socioeconómicos mundiales y ponen en tela de juicio algunas presunciones básicas sobre la continua prosperidad y el crecimiento económico.