El lóbulo prefrontal es una de las zonas del cerebro humano más altamente interconectada con otras regiones. Integra información procedente de áreas sensoriales, emocionales y de memoria, siendo la región del cerebro que, en último término, guía nuestro comportamiento. Esta parte del córtex sustenta procesos tan relevantes como las funciones ejecutivas, el razonamiento, la planificación, el control inhibitorio, la memoria de trabajo y la toma de decisiones. Se ha vinculado el daño en el córtex prefrontal con el déficit en el control de impulsos, el comportamiento antisocial y la criminalidad, e incluso se han relacionado las alteraciones en esta área con los sujetos que cometen crímenes extremadamente violentos. En la literatura científica se encuentran numerosos casos de pacientes que se han transformado en sujetos antisociales tras sufrir un daño en ciertas áreas del córtex prefrontal.