Madrid, 8 abr (EFE).- Silvia Marsó y Roberto Álvarez protagonizan en el teatro Fernán Gómez de Madrid una de las obras más estudiadas y más representadas de la historia de la dramaturgia, "Casa de muñecas", de Henrik Ibsen, la más "feminista" del autor noruego, que remueve conciencias y reclama la dignidad del ser humano.
Amelia Ochandiano es la responsable de la puesta en escena de esta obra teatral a la que ha querido dar el tono de "cuento de terror" que ya tenía el original, pero con una versión que es, en opinión del actor asturiano, la "más cercana posible" al original, el "sello de la casa" de su compañía, Teatro de la Danza.
Ochandiano, que ya trajo a Madrid sus versiones de "La casa de Bernarda Alba" y "El caso de la mujer asesinadita", presenta ahora un "clásico lleno de matices y complejidad donde cada personaje tiene una riqueza asombrosa, además de repercutir directamente en la trama, en la decisión final de Nora".
La obra, representada por primera vez en 1879, provocó un gran escándalo por esa decisión de la mujer, inusual para la época, de abandonar su casa burguesa y a un marido burgués porque no puede soportar el rol que le ha asignado la sociedad.
"Pero el día a día de las relaciones personales no está tan lejos de lo que pasa hoy", advierte Silvia Marsó, que, en su papel de Nora, reclama atención para detectar "las sutilezas del machismo, que pueden llegar a anular la personalidad de una persona".
Es "un thriller psicológico" con un final complejo, que a Marsó le encantaría "que vieran muchas jovencitas, porque aún somos las mujeres las víctimas, con esa sutileza del maltrato, con las 'frasecitas': eso es lo grave", ha explicado la actriz en la presentación de la obra, a la que asistió parte del elenco.
Con una puesta en escena sobria, en una casa semivacía y llena de cajas que indican un traslado, la acción también se sigue a través del vestuario, que refleja una época en la que la mujer era casi un objeto decorativo cuya imagen debía transmitir una fragilidad e inocencia que casi nunca respondía a la realidad.
En ese entorno asfixiante para una mujer que busca su lugar en el mundo, Helmer, el marido que ha compuesto Roberto Álvarez, es "iracundo, gritón, y esconde una enorme debilidad" que no se revela hasta que Nora da el mítico portazo y él se vuelve vulnerable.
"Es la imagen del varón desconcertado", apunta la directora, un reflejo de total actualidad porque cuando Nora rompe con las reglas que la sociedad le había asignado "es cuando comienza su evolución como ser humano independiente del varón y también el comienzo de la verdadera revolución en la relación entre hombres y mujeres".
"Casa de muñecas" ha recorrido ya media España tras su estreno en Sevilla y recalará en San Fernando de Henares tras su paso por la capital, donde estará hasta el día 1 de mayo.
En el reparto figuran también Pep Muné; Mamen Godoy, en el papel de la criada, Pedro Miguel Martínez y Rosa Manteiga, con la iluminación de Felipe Ramos, escenografía de Ricardo Sánchez Cuerda y el vestuario de María Luisa Engel.
La directora del teatro, Mora Apreda, también presente en la rueda de prensa, ha defendido la vigencia de Ibsen porque, "como todos los textos clásicos, cada vez que se le representa es un pozo inagotable de descubrimientos".
IMÁGENES PROMOCIONALES DE "CAS DE MUÑECAS"
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