Nuevos tornados tocaron tierra en Oklahoma, el norte de Texas y Kansas el 24 y 25 de mayo causando al menos 11 muertos, según un nuevo balance de las autoridades locales. Esto ocurrió después de que otro tornado, el más mortífero de Estados Unidos en al menos 60 años, devastara la pequeña ciudad de Joplin, en Misuri, con un saldo de al menos 125 muertos.