La huelga de transportes convocada para hoy por los principales sindicatos franceses en protesta por la reforma de los llamados regímenes especiales de jubilación amenaza con paralizar Francia, que se prepara para una jornada complicada. Cinco meses después de su llegada al Elíseo, el presidente Nicolas Sarkozy se enfrenta a su primera prueba de fuego. El pulso sindical pretende emular la gran movilización de 1995.