Save the Children repartió anoche 3.500 trocitos de una galleta de jengibre de 10 metros de largo y 7 de ancho en plena orilla del madrileño paseo de la Castellana, para destinar los fondos de la venta de los trozos de galleta a su campaña 'Rescribamos el Futuro' que pretende "proporcionar educación a 8 millones de niños" que viven en países afectados por conflictos armados.