Las estaciones de Atocha y Villaverde que miden la contaminación atmosférica de la capital llevan dos años sin funcionar y otras seis, generalmente con motivo de obras, han sido reubicadas en lugares con menor incidencia de tráfico, lo que hace que la cifra media de contaminación disminuya y se rompa la serie histórica de mediciones, según Ecologistas en Acción.