Josef Fritzl, un austriaco de 73 años que mantuvo encerrada a su hija Elisabeth durante 24 años en un sótano de su vivienda, ha confesado haberla violado sistemáticamente y la paternidad de los siete hijos que la joven, que ahora tiene 42 años, dio a luz durante su cautiverio. El suceso tuvo lugar en la localidad de Amstetten, a unos 130 kilómetros al oeste de Viena, y se destapó después de que una de las hijas mayores de Elisabeth cayera gravemente enferma y Fritzl la llevara al hospital, donde requirieron la presencia de la madre para completar su historial médico. Tres de los hijos más pequeños no habían visto la luz del día hasta que han sido liberados por la Policía.