La selección española marcó en rojo el 26 de junio de 2008 como el día en que se clasificó, por tercera ocasión en su historia, para la final de la Eurocopa, donde se medirá a Alemania, después de vapulear a una Rusia inerme por 0-3 gracias a los goles de Xavi Hernández, Dani Güiza y David Silva.