Tuvieron carácter aglutinador y nos hicieron sentir como un país optimista, luchador, positivo, y no ese país de haraganes, pícaros e ineptos del que nos pretenden que somos, como acertadamente lo señaló Roberto Hernández Montoya en su excelente discurso de orden ante la Asamblea Nacional.
* Lo importante ahora es mantener esa tónica. No dormirnos en los impactantes efectos de la estupenda demostración que dieron, tanto el pueblo como las instituciones, de la capacidad para proyectar la verdadera imagen de lo que es venezuela. La campaña que directa o subliminalmente realizan algunos sectores con poder mediático, fuera y dentro del país, pretende rebajar nuestra condición de pueblo trabajador, serio, responsable, pacifico. A esa campaña descalificadora hay que salirle al paso con audacia, porque es parte del intento orientado a socavar la estabilidad democrática y el proceso de cambios sociales que se da en el país.