Éste, podría considerarse su año horribilis. Sus problemas de salud, sus accidentes domésticos además de sus desencuentros con la prensa y sus crípticas frases como: "me habéis clavado un pino en la barriga", ha colocado a la monarquía en el punto de mira. Pero la puntilla se la ha dado el marido de su hija Cristina, el ex jugador de balonmano, Iñaki Urdangarín, imputado en una trama de corrupción.