Entre cánticos y fuegos artificiales, los egipcios se lanzaron a las calles del centro de El Cairo y en la mayoría de las ciudades, para festejar el fin de las tres décadas del gobierno de Mubarak y el comienzo de una nueva era en Egipto, lo que parecía imposible, se hizo realidad.
Mientras tanto el ejército de este país se comprometió a cumplir con todos los acuerdos y tratados regionales e internacionales" en un mensaje, claramente referido al tratado de paz con Israel, de esta manera Egipto calma momentáneamente las tensiones en el mundo entero sobre el nuevo destino del país.
Entre otras cosas el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas egipcias, manifestó, su interés por un traspaso pacífico del poder, a una autoridad civil elegida por el pueblo que gobernaría al país, construyendo así un gobierno democrático y libre.