El orgullo fue un tema destacado por el entrenador del Betar Jerusalén, Yuval Naim, antes del encuentro de anoche contra Bnei Sajnín en el Estadio Teddy de la capital. Naim dijo a sus jugadores que los fans odiarían perder contra Sajnín sin detallar las razones obvias.
Visto en retrospectiva, sus palabras probablemente desmoralizaron a su equipo, ya que Bnei Sajnín disfrutó su noche en Jerusalén, tomando la delantera en el primer tiempo con un gol de Kasoum, y agregando dos más en la segunda parte.
Después del partido, los aficionados del Betar reaccionaron con gritos racistas, lanzaron piedras al autobús de los fans de Sajnín y exigieron la renuncia de Naim.
Luego del estallido de los disturbios, la policía arrestó a doce personas, ocho fanáticos de Sajnín y cuatro de Betar.