Este año el norte de Japón ha sido azotado por una fuerte nevada que tiene a sus habitantes bajo 70 centímetros de hielo. Los rápidos vientos y el mal tiempo han causado dificultades tanto para el tráfico local como para la vida cotidiana: 56 muertes , 58 vuelos suspendidos y alrededor de 300 vehículos varados en las carreteras nacionales.