La crianza selectiva de perros atendiendo a rasgos físicos específicos ha dejado su huella en el genoma del perro. Unos investigadores han identificado 155 regiones en el genoma canino que parecen haber sido influidas por la crianza selectiva. Con más de 400 razas diferentes, los perros poseen una amplia gama de formas, tamaños, estilos de pieles, y temperamentos. Aunque la domesticación de los perros comenzó hace más de 14.000 años, se cree que la espectacular diversidad entre las razas se originó durante los últimos siglos debido a la intensa selección artificial hecha por los humanos, y a la estricta crianza llevada a cabo para lograr las características deseadas para cada raza de perro. J. Akey, profesor de ciencias del genoma en la Universidad de Washington, es el autor principal de la investigación encaminada a elaborar un mapa de las regiones del genoma canino que muestren signos de selección reciente.