Como caído del cielo y en vísperas de las navidades, las familias manchegas que temían por su empleo de temporada en la fabricación de mazapán por la caída un 20% en la demanda han visto como las empresas del sector han vuelto a apostar por el mismo número de empleados que el año pasado.
Solamente en Toledo dependen del mazapán 3.000 familias.
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