La mayoría de las células normales muestran una sorprendente dificultad para proliferar indefinidamente. Por ejemplo los fibroblastos tomados de un feto humano normal, mantenidos con un medio de crecimiento standard, sólo efectuan unas 50 ± 10 duplicaciones. Hacia el final de este periodo la proliferación se va frenando y acaba por detenerse (todas las células, después de pasar a un estado quiescente mueren). Si por contra tomamos fibroblastos de una persona de 40 años y los mantenemos en igualdad de condiciones, se observa que estos detienen sus divisiones después de unos 40 ciclos, mientras que si los fibroblastos proceden de una persona de 80 años lo detención de la división se produce después de unas 30 duplicaciones. Además los fibroblastos de animales con una vida media más corta dejan también de dividirse después de un menor número de ciclos de división.