Algo ha olido a podrido este martes a ambos lados del Canal de la Mancha. La responsable ha sido una nube de gas procedente de una empresa química de Ruán, a unos 100 km de París, en la que se registró una reacción imprevista. Las autoridades francesas aseguran que no hay riesgo para la salud. El hedor llegó hasta París, provocando la alarma de muchos ciudadanos.
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