Expertos analistas y movimientos sociales alertan que con la llegada de los eventos deportivos a Brasil se crea una especie de ‘estado de excepción’ que justifica la rapidez de las licitaciones y la orientación de las inversiones hacia una ‘ciudad vitrina’ rendida a los intereses del mercado. Por el camino, las favelas estorban, y sus habitantes son expulsados sin recibir las compensaciones que establece la ley. El poder público trata el problema de la vivienda como si fuera un crimen. "Nosotros y nosotras, legítimamente, ocupamos los inmuebles ociosos para ejercer un derecho que nos fue negado toda la vida", aseguran familias de Belo Horizonte, Río de Janeiro, Brasil. teleSUR