Borrascosa está siendo este martes la sesión plenaria en el Parlamento ucraniano, donde se sigue buscando una salida a la crisis. La oposición reclama una vuelta a la Constitución de 2004, surgida de la Revolución Naranja y que otorga menos poderes al presidente. Una Constitución que el presidente Víctor Yanukóvich anuló en 2010 cuando llegó al poder.
“Asesinos, asesinos”, gritaron diputados de la oposición en dirección del ministro del Interior y representantes del Gobierno, antes de abandonar la cámara. Mientras tanto, el portavoz del oficialista Partido de las Regiones, Olekxandre Efremov, hacía un llamamiento a la unidad:
“Este es un callejón sin salida, por lo que sugiero que todos nos olvidamos de las quejas, de las victorias y las derrotas, y unamos esfuerzos para salir de esta situación”, dijo.
El excampeón de los pesos pesados, Vitali Klitschko, el líder más visible de las protestas, ha reclamado el final del “reino de la arbitrariedad y de la corrupción”.
“Nuestra obligación es cumplir al voluntad del pueblo, escucharle. Y una de las formas de resolver esto consiste en redistribuir el poder en el país, porque ha sido el monopolio actual el que nos ha llevado a esta situación”.
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, estará este martes y miércoles en Kiev. Washington ha confirmado que Estados Unidos y la Unión Europea estudian asistir económicamente a Ucrania una vez que se forme un nuevo Gobierno.