La restauración de la fachada del Coliseo llega a su fin. El mayor anfiteatro romano ha atraído durante años a millones de visitantes. En apenas unas semanas, el equipo que lo ha restaurado podrá finalmente desvelar su trabajo. El que es considerado como uno de los monumentos más importantes del mundo, volverá a lucir su color original.
Los trabajos de restauración han sido realizados a mano, centímetro a centímetro. El equipo ha conseguido eliminar así décadas de suciedad.
“Hemos utilizado una especie de atomizadores con unas boquillas que se encuentran a unos 40 centímetros de distancia cada una. Para utilizar estos atomizadores uno debe colocarse a cierta distancia de la superficie que quiere tratar. No hay nada mecánico, la pared solo tiene contacto con el agua”, explica Gisella Capponi, responsable de la restauración.
El equipo de restauradores ha tenido que llevar a cabo un trabajo muy minucioso ya que solo podía eliminar la suciedad y no el color original del Coliseo.
Pero al principio de su misión, los responsables de la restauración descubrieron restos de cemento que había sido utilizado en el monumento tras la Segunda Guerra Mundial.
“Una vez que esos depósitos de cemento fueron disueltos pudimos eliminarlos utilizando apenas un cepillo suave. Y una vez eliminados los restos de cemento pudimos seguir limpiando la fachada”, explica Capponi.
La restauración del Coliseo comenzó en 2013 y se espera que llegue a su fin en 2016. En total, estas obras financiadas por marca italiana Tod’s habrán costado 25 millones de euros.