La tregua saltó por los aires y el Ejército israelí volvió a bombardear diversos objetivos, provocando nuevas víctimas entre la población civil palestina. El último fallecido ha sido un muchacho de 10 años, alcanzado en una mezquita en el campo de refugiados de Jabaliya.
Todo cuando Naciones Unidas confirmaba que un total de 447 menores han muerto y otros 2.877 han resultado heridos, en la última operación militar israelí.
Y con los bombardeos, familias enteras vuelven a encontrar refugio en alguna de las 90 escuelas de Naciones Unidas, aunque hoy por hoy no hay refugio seguro. “No tengo miedo. Aquí en la escuela me siento segura pero sí, tengo miedo de volver a casa, los israelíes han estado bombardeando zonas cerca de la escuela y la metralla ha alcanzado el edificio”, explicaba una de las refugiadas.
Las escenas del día a día se repiten en la franja de Gaza. También el tradicional rezo de los viernes, aunque en esta ocasión en lo que queda de esta mezquita.