A su paso por gran parte del país asiático, el violento huracán, con vientos de hasta 220 kilómetros por hora, ha dejado de momento un muerto, 47 heridos y 6 desaparecidos.
Más de 50.000 hogares de doce provincias de Japón están sin luz y se ha evacuado a 53.000 personas, aunque la virulencia de las lluvias está cambiando la estrategia de las autoridades, que estiman que conviene sacar de sus casas a muchas más.
El tráfico ferroviario, el aéreo y el vial se han visto afectados por un tifón clasificado como “fuerte” y que se dirige hacia el noreste.
En los últimos tres meses más de 150 japoneses han muerto como consecuencia de desastres naturales.