El ambiente está muy enrarecido. Las fuerzas de seguridad israelíes han desplegado numeros efectivos en torno a la Línea Verde que separa el este y el oeste de la ciudad. Incluso han utilizado un zepelín para controlar desde el aire las estaciones del tranvía.

Los transeúntes no esconden su preocupación: “Me siento más segura al ver que han puesto los bloques de cemento. Espero que tengamos que estar todo el rato detrás pero al menos sabes que están”. “Es una locura que tengamos que hacer esto, empezar a poner protecciones cerca de las estaciones del tranvía, de las paradas de autobús”, comentaban este jueves dos jóvenes.

Uno de los incidentes más graves tuvo lugar el miércoles cuando un palestino, vecino de Jerusalén Este, embistió a un grupo de soldados y a varias personas que esperaban el tranvía. Un polícia israelí, asignado al servicio de fronteras, murió. Además hubo una decena de heridos. El autor de los hechos fue abatido por las fuerzas de seguridad instantes después.

Mientras, los controles en la zona de la Explanda de las Mezquitas se han reforzado ante la convocatoria de movilizaciones por parte de los judíos ultraortodoxos.