Su triunfo abre una época de difícil cohabitación en Rumanía. Iohannis ganó contra todo pronóstico las presidenciales del domingo al socialdemócrata Ponta que seguirá como primer ministro, pese a los escándalos de corrupción que salpican a algunos de sus familiares y miembros de su partido.
Precisamente, la lucha contra la corrupción es el gran objetivo del nuevo presidente que aglutina el descontento y las ganas de cambio de la mayoría de rumanos: “Yo creo que esta victoria consolidará nuestras alianzas con nuestros socios tradicionales, Estados Unidos, la Alianza Atlántica y la Unión Europea. Esto seguramente va suponer una mayor seguridad para la región”, dijo el presidente electo, Klaus Iohannis.
La victoria de Klaus Iohannis es rotunda. Casi diez puntos porcentuales sobre Víctor Ponta que ninguna encuesta ni sondeo vaticinaban. Ponta que reconoció inmediatamente la derrota confirmó la continuidad de su gobierno, con dos años de legislatura por delante: “Me gustaría dar las gracias a todos los rumanos que han ido a votar. El pueblo siempre tiene razón. He telefoneado a Klaus Iohannis y le he felicitado por su victoria. En cuanto a mí y a mis compañeros, como servidores públicos, seguiremos trabajando desde nuestras respectivas responsabilidades “, señaló Ponta.
Rumanía abre una nueva etapa que algunos han bautizado como la ‘DePontaminación’ del país. La alta participación, la movilización de los jóvenes y de los residentes en el extranjero han sido las claves del éxito de Klaus Iohannis.