Siria es la alerta roja del mundo, hoy. En el Kremlin o en el Pentágono, la ecuación y el problema es Siria.
Siria podría significar un enfrentamiento sin precedentes entre Estados Unidos y Rusia, sea por un error humano o por una mal planeada estrategia o por una política mal llevada.
Y es que los bombarderos rusos y estadounidenses en el aire están cada vez más cerca uno del otro. Si el enfrentamiento no es físico, entonces es geopolítico, porque Rusia continúa con su operación antiterrorista en Siria, algo que no le gusta a EE.UU.
En tan sólo 18 días, los rusos han destruido con bombardeos 380 posiciones del grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe). Informa que el 40 por ciento de la infraestructura de ese grupo terrorista está destruida.
La noticia es recibida con alegría por el Gobierno de Siria y su presidente, Bashar al-Asad, y porque además los bombardeos rusos ayudan al Ejército del Gobierno de Siria a avanzar en su lucha contra los terroristas, así han recuperado varias localidades.
El presidente de EE.UU., Barack Obama, está enojado y dice que Rusia no puede ni debe bombardear como le plazca en Siria. Rusia revira, al decir que es EE.UU. el que no quiere unirse a Rusia para juntos, los dos, exterminar a los terroristas.
El primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, dice que los bombardeos que ha hecho EE.UU. y su coalición durante más de un año en Siria, no han servido de nada. Lo más real es que quien también está furioso es Daesh, que debido al ataque ruso, le ha declarado "guerra santa" a Rusia. Amenaza a Moscú.
Por si faltara leña, el otro protagonista de esta historia está haciendo ruido: Turquía, el país que ha violado la soberanía de Siria al enviar soldados a destruir casas en territorio sirio para construir un gran muro en la frontera con el objeto de contener a los miles de refugiados que cruzan hacia lado turco.
Turquía también informa que ha derribado un avión. Rusia dice que sus aviones están completos. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y Obama hablan por teléfono. EE.UU. enviará más apoyo a los rebeldes en Siria. El país árabe es hoy la ecuación más urgente para resolver en el mundo.