La Tercera Guerra Mundial parece estar llamando a la puerta. La puerta se llama ‘Siria’. Y uno de los que quiere tocarla, es Arabia Saudí.
Si la toca, se podría desatar una guerra sin fin, una guerra mundial, al menos eso dice el primer ministro ruso, Dmitri Medvedev, quien suena las alarmas ante la intención de Arabia Saudí de pretender enviar miles de soldados a que hagan una invasión terrestre en la nación siria.
Arabia Saudí incluso dice que podría ser irreversible la decisión. Francia, lejos de su postura de hace unos meses cuando coincidía el presidente François Hollande con el ruso, Vladimir Putin, ahora se tiende más hacia Arabia Saudí, pues los franceses acusaron a los rusos de estar asesinando civiles y destruyendo hospitales con sus bombardeos aéreos sobre Siria.
Por otra parte, el canciller ruso, Serguei Lavrov, lo negó inmediatamente. Turquía por el contrario, le encantó la idea de invadir Siria, que ya está prestando sus bases para que aterricen los aviones saudíes que luego incursionarían sobre terreno sirio.
Es más, el Gobierno de Ankara no descarta participar hombro a hombro en tierra siria con soldados saudíes.
El peligro es que el Gobierno sirio sentenció que cualquier invasión terrestre sin su permiso aunque sea con el pretexto de acabar con los terroristas, será considerada una agresión, y los agresores regresarían en cajas de madera a sus casas.
Aún más, Rusia siempre ha considerado defender al Ejército de Siria. Es por eso que esta ecuación donde hay muchos actores internacionales bombardeando (EE.UU., Francia, Rusia) podría desencadenar en una guerra mundial.
Dos días antes, Lavrov y Kerry acordaron una tregua, Rusia no bombardea y la oposición siria tampoco, tregua que entraría en vigor dentro de una semana. Pero el anuncio de este plan se hizo antes y no importó a la pretensión invasora de Arabia Saudí.
¿Cómo se mueven las fichas en este Oriente Medio que cada vez más se convierte en un polvorín sin salida?