Dos ataques suicidas casi simultáneos contra dos mezquitas en Kabul y en la provincial de Ghor causaron el viernes cerca de 70 muertos y un centenar de heridos en Afganistán.
La explosión más importante sucedió cuando un terrorista mezclado entre los fieles mató al menos a 39 personas al hacer detonar los explosivos que llevaba en su chaleco dentro de una mezquita chií en Kabul. El templo, situado en el área de Dasht-e-Barchi, en la que residen principalmente miembros de la perseguida minoría hazara, estaba especialmente concurrido en el momento de la explosión. Dáesh se ha atribuido la autoría de los hechos.
Apenas una hora antes, otro atacante suicida hacía detonar los explosivos que portaba en el interior de la mezquita Khwajagan, en la provincia de Ghor, donde se encontraban rezando un importante miliciano antitalibán y sus hombres.
Estos ataques cierran una semana negra con cinco atentados de gran envergadura en el país contra bases militares y cuarteles policiales (con un centenar de víctimas).