Hoy, el vicepresidente Cheney ha admitido que la cifra puede tener un impacto psicológico entre una opinión pública que parece haberse cansado de pedir el regreso de las tropas.
En estos momentos, Estados Unidos tiene desplegados 160.000 efectivos en suelo iraquí. Se prevén reducciones, pero sólo los candidatos demócratas hablan de acelerar la vuelta de los soldados a casa.