Cuando la cámara baja los 23 metros de profundidad del pozo, la niña lleva ya casi siete horas de agonía a oscuras. Su madre le dirije palabras de aliento desde la superficie mientras la pequeña, de 3 anos, se mueve entre sollozos en los angostos 30 centimetros del agujero. Siguiendo las indicaciones de su madre, Vanesa consigue ponerse un arnés y la televisión argentina se suma al angustiosos rescate en directo que se va a producir.