60 rinocerontes de fibra de vidrio inundan la ciudad brasileña de Sao Paulo. Son esculturas de colores porque precisamente color es lo que se quiere aportar a la urbe. Es una iniciativa de una artistas brasileños con mucho talento y está teniendo mucho éxito entre la población. En cualquier calle, en cualquier esquina hay un rinoceronte. Cada 5 días, los cambian de lugar.